domingo, 28 de agosto de 2011

nuestra naturaleza mistica.


Nuestra sociedad aparentemente moderna, con un sinfín de tecnología nuevas formas de comunicación de expresar, relacionarnos, redes sociales, wifi’s, tablet, 3d led tv, …
Consumimos esta tecnología de manera irremediable y el que pierda el tren estará marginado. Todo este progreso nos ha hecho la vida más fácil, nos ha dado más oportunidades, nos hace más saludables…
Pero quiero recapacitar en lo que nos hemos olvidado, en primer lugar nuestra base animal nuestra interacción con la naturaleza, el observar los ritmos de la naturaleza es algo que psicológicamente nos beneficia bastante el nacer, crecer, reproducir y morir. Que en un ambiente natural lo palpas e interactúas con él, y afrontas como lo hacia nuestros antecesores. Y daba tiempo con la reflexión a un pensamiento metafísico de dónde venimos y a donde van nuestros cuerpo y alma después de morir. Es el nacimiento de lo que hoy llamamos religiones y anteriormente fue simple respeto a la naturaleza que da y quita.
Todas las culturas indígenas, americanas, asiáticas, africanas nos muestran un estado evolutivo del homo sapien sapien  todas estas tribus tienen en común el honrar a los dioses de la naturaleza. A partir de aquí para dar gracias a la naturaleza aparecen los ritos. Acompañado de danza, música, sacrificios, ofrendas, oraciones. Que hacen una  unión colectiva fuertísima uniendo lazos fuertes entre la comunidad.
Esto lleva consigo a mi parecer  una sociedad unida respetuosa con la naturaleza y espiritualmente más avanzada que la de hoy en día.
La creencia del más allá es común en todas las culturas, el respeto a nuestros muertos, sus almas y la figura del líder espiritual  “Chaman”. Este último sabio en psicología, medicina ancestral.
Toda estas obviedades vienen para una reflexión  y es que desde la historia me aventuraría a decir la edad de piedra que los historiadores ponen el punto de partida, a nuestra sociedad colectiva como los himba y algunas otras que siguen casi inalteradas. Y por toda esta trayectoria, llevamos un sello de seres espirituales. Y ahora inmersos en estrés, crisis y aparatos sofisticados. No escuchamos como debiéramos, todo predispone a lo antinatural, el olor a plástico, silicio y otros materiales sintéticos, y el inconfundible aire viciado de edificios enfermos.
Hoy en día podemos llegar a decir esto, gracias al conocimiento de varias disciplinas antropología, neurociencia, psicología, filosofía… llego a conclusiones que es aconsejable y saludable apartarnos de todo este mundo “antinatural”, y entender nuestro  ser, nuestra búsqueda, las preguntas metafísicas que siempre nos hemos hecho. Lo llevamos en los genes y nuestra capacidad cognitiva nos lleva a esto.
Al final todo se puede resumir en un principio común que afecta a muchos ámbitos la búsqueda de la verdad. En este ámbito religioso una de mis preferidas y que da sentido a muchísimas interrogantes es el  ying- yang, bien - mal, blanco - negro,  



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